¿Qué aportan las pantallas?

Durante los últimos días ha vuelto a estar en boca de todos la sobreexposición de los bebés a las pantallas. El uso de las mismas como alternativa de interacción, se ha convertido en algo bastante habitual en muchos hogares, pero es algo que NO debemos utilizar.
Allá por 2019, ya la OMS recomendó que su uso en menores de dos años fuera nulo. Y una hora máximo al día hasta los cinco años. En resumen, no vale con decir que solamente es un ratito, la salud y desarrollo de nuestros hijos e hijas es lo que está en juego. ¿Pero por qué es tan importante?

El Impacto de las Pantallas en el Desarrollo Integral de nuestros Hijos e Hijas

Muchos estudios y organizaciones pediátricas han señalado una serie de efectos adversos que pueden surgir del uso y abuso de las pantallas, lo que subraya la importancia de establecer límites razonables para garantizar el desarrollo integral de niños y niñas.

Una de las principales preocupaciones relacionadas con el uso de pantallas es el impacto negativo en el desarrollo de los bebés. Hay que se consciente de que están en una etapa crítica de desarrollo, tanto físico, como cognitivo y emocional. Los estudios han demostrado que el abuso de las pantallas puede llevar a un retraso en el habla, con niños y niñas que tardan más en aprender a comunicarse efectivamente. Este retraso se manifiesta en dificultades para construir frases o completar tareas que implican una comunicación más avanzada.

Si exponemos a un bebé a las pantallas a modo de entretenimiento o para calmarse, les estamos habituando a la distracción y a la recompensa constante, por lo que no aprenden a ser pacientes ni a esforzarse, lo que conlleva problemas de autocontrol.
Tampoco les estamos enseñando a esperar y les estamos enseñando que todo son estimulaciones constantemente cambiantes e intensas, lo que deriva en déficit de atención.
Las pantallas también provocan pequeñas recompensas en el cerebro, pero realmente no generan ninguna satisfacción, por lo que se genera menos oxitocina. Creédnos, cualquier abrazo que les déis es mejor que cualquier vídeo que le haga gracia en Youtube.

Por si fuera poco, hablemos de la empatía, ¿Qué sucede si a una persona muy pequeñita le reducimos el tiempo de interacción con sus semejantes? Pues que les estamos quitando tiempo de aprendizaje para leer caras y aprender habilidades sociales.
Si no les enseñamos la comunicación no verbal, que todos sabemos el enorme peso que tiene en nuestra comunicación, les estamos reduciendo enormemente la posibilidad de desarrollar empatía hacia los demás.

En definitiva, el desarrollo social y emocional de los bebés se ve muy afectado por el uso excesivo de pantallas. Ellos tienen una necesidad innata de explorar el mundo a través de la interacción física, sensorial y social. El tiempo frente a las pantallas suele restarles estas experiencias, lo que puede limitar su desarrollo cognitivo, emocional y social.

La Academia Americana de Pediatría (AAP) ya advertía a las familias de lo peligroso que es usar las pantallas como “un chupete emocional”. Todos sabemos que el móvil puede ser muy efectivo para mantener a los niños tranquilos y callados (de la misma manera que a nosotros, los adultos), pero a los peques se les debe enseñar a identificar y manejar las emociones. Si se les calma o distrae con el uso de pantallas, no aprenderán a lidiar con dichas emociones.

Más Impactos negativos

Otro aspecto relevante del uso de pantallas es su influencia en el sueño de los niños y niñas. La exposición a pantallas antes de la hora de dormir puede afectar a la calidad del sueño. La luz azul emitida por dispositivos electrónicos puede suprimir la producción de melatonina, una hormona esencial para regular el sueño. Por lo tanto, se recomienda que niños y niñas eviten las pantallas al menos una hora antes de acostarse para garantizar un sueño saludable, necesario no solo para recuperar la energía, si no que además es cuando se integran los aprendizajes realizados.

Además de los efectos inmediatos, el uso excesivo de pantallas se ha relacionado con problemas de salud a largo plazo en los niños. Como ya sabemos, el tiempo prolongado frente a las pantallas a menudo significa menos actividad física y menos tiempo al aire libre. Por lo que llevan a un aumento en las tasas de obesidad y problemas de salud cardiovascular en los niños y niñas a medida que crecen.

Conclusión

Si bien la tecnología es una parte esencial de la vida moderna, a los bebés ya les llegará el momento de usarla. No tienen ninguna prisa. Padres, madres y cuidadores desempeñamos un papel crucial al establecer límites razonables y, en todo caso, seleccionamos contenido adecuado que permita interactuar con ellos en todo momento. Al hacerlo, podemos garantizar que los bebés tengan un desarrollo saludable y equilibrado.

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Inglés: Neurociencia y Vínculos Emocionales